Barjas o Barxas.
Barjas es un municipio leonés, situado en el oeste de la Comarca del Bierzo, en la frontera lucense. Se accede a él a través de la Nacional-VI, desde Vega de Valcarce, por una carretera asfaltada que deja atrás las aldeas de Villasinde, Hermide y Moldes. Por Barjas pasa el río del mismo nombre, afluente del Valcarce, que vierte a su vez en el Burbia. Y éste, después de unirse al Cúa cerca de Toral de los Vados, acaba engordando finalmente al caudaloso río Sil.
Barjas es un pequeño municipio compuesto por once pueblos: Moldes, Campo de Liebre, Busmayor, Guimil, Corrales, Mosteiros, Corporales, Vegas Do Seo, Quintela, Barrosas y Albaredos; y cuatro barrios: Hermide, Serviz, Peñacaira y Cruces. Actualmente está gobernado por una mayoría socialista, que encabeza Alfredo de Arriba, y que tiene a los concejales del Mass en la oposición. El término ocupa una superficie de 62,6 kilómetros cuadrados, en donde residen actualmente menos de 300 habitantes. Sin duda, es una densidad de población muy baja, que cabe situar en el orden de 6,18 habitantes por kilómetro cuadrado. En el otro extremo, la edad media de sus habitantes es muy elevada, por lo que el peligro de despoblamiento de la zona es permanente.
El municipio carece de un planteamiento general urbanístico. Una circunstancia que delata poco interés de la Administración leonesa por ese rincón perdido del Bierzo Oeste, y que se puede comprobar consultando el Archivo de Planeamiento Urbanístico y Ordenación del Territorio de la Dirección General de Urbanismo y Política del Suelo de la Junta de Castilla y León: http//www.jcyl.es/plau/lmuni.plau?provincia=24&pname=León
Y ya puestos a ofrecer un servicio a los vecinos de estos pueblos perdidos, para que puedan comprobar cuál es la situación urbanística en la que se encuentra el suyo, les invito a descargarte el listado general de Planeamiento Urbanístico de la Provincia de León: http://www.jcyl.es/plaupdf/listado_planeamiento.pdf
El tipo habitual de las aldeas del municipio es el de algunas casas agrupadas. De esta manera conforman en un tipo de hábitat humano muy en consonancia con el área de la montaña gallega contigua, que pertenece a la Sierra de Courel; es decir, disperso y adaptado a los recursos naturales de cada lugar.
Barjas fue, por desgracia, triste noticia el verano pasado debido al terrible incendio que asoló la zona, y que arrasó miles de hectárea de bosque, al mismo tiempo que lo hacía en los municipios de Oencia y Corullón. El fuego duró varios días, lo que evidencia la necesidad de recursos propios e inmediatos en el Bierzo en la lucha contra el fuego [1].
Felizmente, el fuego respetó el Hayedo de Busmayor, una superficie de unas sesenta hectáreas que contiene uno de los hayedos más auténticos y mejor preservados de toda Europa. El hayedo se encuentra situado en la pedanía del mismo nombre, una aldea sin historia y cuyo nombre saca a la luz la existencia de este bosque excepcional, trufado de cascadas cristalinas, y que en otoño presenta uno de los espectáculos más deslumbrantes que se puedan conocer.
Excursión de Barjas a Busmayor por las crestas.
Acudí a la cita del Hayedo de Busmayor de la mano de la “Asociación de Alumnos de la Escuela Oficial de Idiomas”, una entidad que entre otras actividades ha tenido la buena idea de dar a conocer El Bierzo a través de una serie de salidas guiadas de la mano de Nicasio Yebra, un experto montañero berciano con el que he coincidido en unas cuantas excursiones desde que regresé al Bierzo.
Pero si algo falló en la cita no fue precisamente “Nica“, sino el tiempo. La amenaza de lluvia no pudo con los ánimos del grupo, pero acabó influyendo negativamente en el desarrollo del recorrido. De hecho, éste tuvo que modificarse al negarse el conductor del autobús a continuar su camino hasta Busmayor, pretextando que existía una limitación de altura, -según creo recordar de dos metros y cuarenta y cinco centímetros-, que supuestamente lo impedía.
Desde el primer momento, el alcalde de Barjas, Alfredo de Arriba, fue nuestro amable anfitrión. Sus atenciones llegaron al extremo de acompañarnos en la ruta a pie, haciendo funciones de coche escoba. Una circunstancia que fue aprovechada por algunos para aliviar, ni que fuese por unos momentos, el duro esfuerzo de alcanzar las airosas crestas que preside el Valdefaya (1302 m.).
El viento arreciaba y la lluvia obligaba a sacar los chubasqueros al personal, que no perdía el buen humor mientras admiraba los portentosos valles que se divisan desde esta atalaya privilegiada. A nuestra derecha, en el camino hacia Busmayor, cercano de tan sólo cuatro kilómetros, divisé un núcleo de población. Ignoro si sería Campo de Liebre. Detrás de él, y en la lontananza, algo cubierta por la niebla, la silueta maciza del Capeloso, que con sus 1.597 metros de altitud es la cima tranquila que domina nuestra andadura por esta zona. A nuestra izquierda, algunas aldeas se dejaban ver en el fondo del Valle Corporales, recorrido por el río del mismo nombre; quizás Quintela y Barrosas.
Sin embargo, el Capeloso no es el pico más alto del municipio, ya que el del Faro, con 1.621m., dominando el valle, lo supera en pocos metros más.
La vegetación baja de las cimas es abundante en escobas, carquesia, brezo y roble melojo de escaso porte, vencido como está por los duros elementos metereológicos. A la postre dio posteriormente paso a robledales y acebales preciosos, los últimos adornados de sus pequeños frutos, redondos y rojos. En cuanto a la carqueisa (o carqueixa), sé que era muy apreciada antiguamente y que se empleada en multitud de aplicaciones, desde encender el fuego o calentar el horno, como alimento del ganado, estiércol, o ya seca para limpiar potes de hierro y loza de madera.
El Hayedo de Busmayor.
La llegada al hayedo, pese a la lluvia, fue espectacular. Las hojas secas que cubrían el suelo contrastaban fuertemente con el verde que nos había acompañado los últimos pasos. El bosque se abrió a nosotros, para luego volver a desaparecer unos metros después. Sin embargo, pronto nos envolvió de nuevo para no abandonarnos más hasta llegar la vista del las primeras casas del pueblo.
Describir la magia del Hayedo de Busmayor es tarea de poetas. Conozco bastantes hayedos, y en todos me embarga la misma sensación de soledad, como si hubiese alcanzado algún remoto lugar fuera del tiempo. Hayedos espectaculares los he conocido en el Montseny, o en el Berguedà, próximos al Pedraforca (Cataluña). Pero, ¿cómo acertaría yo a describir la belleza de las hojas del haya cuando el sol las atraviesa, mientras uno las observa desde la sombra? ¿O la sinfonía musical de un suelo sembrado de miles de hojas de tonos pardos?
Magia y poesía son así, los términos que mejor se adaptan bien a la descripción de este bosque de hadas, probablemente más que centenario. Quizás por esto, el año pasado un grupo numeroso de poetas bercianos acudió a Busmayor, para recitar sus versos en el corazón del bosque.
Un sortilegio que tampoco parece desagradar a los turistas, excursionistas o viajeros de todo tipo que se aproximan hasta él, y que pueden además encontrar alojamiento y comida en el pueblo. El año pasado, según pude comprobar, también se celebró la “Primera marcha de Montaña” que reunió a un nutrido grupo de deportistas.
El pueblo de Busmayor.
Busmayor es una pequeña aldea del municipio de Barjas, del oeste de la provincia de León, situado en un entorno natural privilegiado. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2009 vivían allí 51 personas, de las cuales 28 eran varones y 23 mujeres. En el año 2000 eran 63, de ellos 38 varones y 25 mujeres. Cifras que alertan acerca de su progresivo abandono. El pueblo se encuentra a una altitud de 1045 metros y tiene la mayoría de sus casas restauradas, siendo el gentilicio de sus gentes el de busmayorenses.
Geográficamente, Bushmayor limita con la provincia de Lugo y con los pueblos lucenses de Vega de Brañas, Brañas de la Sierra (a 2,3 Km) y Santín (a 3,3 km), que pertenecen a la “Serra do Courel” en Galicia. Del lado leonés, los núcleos de población más cercanos son Campo de Liebre (a 2,3 Km.) y Barrosas.
Y aunque Busmayor carece de monumentos destacables, sus atractivos naturales –verdes praderas y cristalinas fuentes, incluso en los meses más calurosos- la hacen atractiva para el visitante amante de la naturaleza. Su impresionante hayedo, probablemente el mejor conservado en toda la comunidad castellano leonesa, se ve recorrido por un torrente que serpentea entre las rocas produciendo gran cantidad de vistosas cascadas.
La festividad más importante en Busmayor es la del “Día de Nuestra Señora”, que por lo que tengo entendido se celebra durante el segundo fin de semana del mes de agosto. Es, ante todo, una fiesta de convivencia entre los que viven en el pueblo y aquellos que eligieron emigrar, o se vieron obligados a ello, ante la falta de perspectivas.
La arquitectura local se basa en los elementos constructivos más al alcance en la zona, como la piedra y la madera. Antiguamente fue común hacer los techos de paja, pero aunque todavía queda algún artesano que es capaz de construirlos ya no quedan edificios con él.
Entre sus costumbres seculares destaca la matanza, en la que participan la gran mayoría de los vecinos, y de la que se obtienen ricos embutidos que duran todo el año.
Las telecomunicaciones funcionan correctamente vía satélite, aunque hubo un tiempo en que sólo existía una línea fija de teléfono en el pueblo, según un vecino.
Aparte del hayedo, Busmayor cuenta con una gran riqueza arbórea, que permite que abunde en las cercanías del pueblo el roble melojo, el acebo, el abedul, el avellano, el serbal del cazador (capudre, en lenguaje local), el cerezo, el nogal y el aliso (el humeiro), etc. Busmayor, además, dispone de algunas rutas de senderismo señalizadas y de un hotel y restaurante rural abierto todo el año, el C.T.R. Veiga da Cima, a cargo de una joven familia local.
Busmayor, en tanto que incorporado al municipio de Barjas, disfruta de productos gastronómicos que se benefician de las denominaciones de origen de éste, como la manzana reineta, el botillo o la cecina. Tiene también una pequeña cabaña vacuna, en torno a las 20 cabezas, que -según los vecinos- procura recursos económicos a un par de familias. La mitad de estas vacas pude verlas en un cercado del pueblo y conté otras tantas paciendo cerca del río, ya cuando regresábamos a a pie por la carretera hasta Barjas.
En una web sobre el pueblo se nos dice, refiriéndose a su historia antigua, que “Busmayor no tiene historia en el sentido clásico del término; es decir, en Busmayor no se han firmado importantes tratados, no han tenido lugar grandes ni siquiera pequeñas batallas… Pero, sí tiene intrahistoria en el sentido unamuniano. Tiene la historia propia de una pequeña comunidad rural, alegre, solidaria, entrañable para los que hemos nacido en ella”.
Sirvan estas líneas para rendir un merecido y sincero homenaje a todos esos labriegos, artesanos, mineros, etc., que si bien puede que nada se ha escrito sobre ellos, permanecen todavía en la memoria de muchas gentes.
Y no quiero despedirme sin antes dejar constancia de una página web, la más completa que he encontrado sobre los pueblos de la provincia de León, que os puede facilitar la mejor información suscribiéndoos a ella: Centro de investigación y divulgación cultural: http://www.de-leon.com
Ayuntamiento de Barjas: C/Principal nº 3. 24521 BARJAS. Teléfono y fax: 987 56 62 16.
(1). El incendio de Barjas, activo y sin control. 13/08/10. Abc.es.
Una panorámica del hayedo de Busmayor. Susana López.
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Categoría: Un ecologista en El Bierzo
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EL HAYEDO DE BUSMAYOR. (EL BIERZO)
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Publicado por VRedondoF para TeeB el 9/29/2011 04:53:00 AM