Según un estudio de la GHSA (Governors Highway Safety Association, que viene siendo básicamente una asociación yanqui para promover la seguridad en la conducción), entre un 15% y un 25% de los accidentes en las carreteras norteamericanas podrían ser debidos a causa del uso y manipulación de gadgets como los teléfonos móviles durante la conducción.
Ciertamente no descubren nada nuevo, puesto que todos sabemos lo peligroso que es manipular un teléfono, un navegador o incluso el equipo de sonido o el ordenador de a bordo mientras conducimos, ya que es una fuente de distracción que puede ser fatal y acabar en accidente, pero hasta ahora en pocos informes se le había achacado a la distracción un porcentaje tan alto de los accidentes, aunque probablemente no sea una cifra demasiado lejos de la realidad .
Lo normal es que los responsables de tráfico acusen directamente, sobre todo en nuestra piel de toro, al alcohol o al exceso de velocidad (aquí creo que sería más oportuno usar el término de velocidad inadecuada), y no cabe duda de que estos factores tienen mucha culpa en un gran porcentaje de accidentes de tráfico, pero también las distracciones al volante son un factor clave de riesgo a la hora de hablar de accidentalidad.
Esos valiosos segundos en los que ponemos nuestra vista, nuestra mente, nuestros dedos y parte de nuestra atención en otra cosa que no sea puramente la conducción nos hace convertirnos en un blanco fácil para sufrir un percance al volante, y es que conducir es una actividad que requiere de todos nuestros sentidos y toda nuestra concentración.
No es ninguna sorpresa, por tanto, que el informe de la GHSA (en inglés y de más de cincuenta páginas), titulado Distracted Driving: What Research Shows and What States Can Do, ponga énfasis en los peligros que supone manejar cualquier aparato electrónico al volante, como por ejemplo un teléfono móvil para realizar una llamada o escribir un mensaje.
¿Solución? Muy fácil, simplemente usar el sentido común (que a veces es el menos común de todos los sentidos) y dejar todo aquello que nos puede distraer mientras estamos al volante a un lado, no sólo por miedo a las posibles sanciones de tráfico, sino por algo mucho más importante: nuestra seguridad y la del resto de conductores. Ya habrá tiempo de ponernos con nuestro smartphone una vez lleguemos a nuestro destino, y si la cosa no puede esperar, efectuar la llamada mediante el manos libres o, mejor aún, deternos en un sitio seguro y realizar todas las tareas que tengamos que hacer, como manipular el navegador o el teléfono móvil. Nuestra seguridad debe ser lo primero.
Imágenes: BMW Group
-
-
-
-
--
Publicado por VRedondoF para CDP el 9/27/2011 02:29:00 AM