Henricus Antonius van Meegeren, más conocido como Han van Meegeren, es un pintor holandés del siglo pasado. ¿Pintor de retratos, de acuarelas, de grandes obras religiosas, de transgresoras provocaciones modernas...? Se preguntarán ustedes. Pues no, su gran especialidad eran las falsificaciones.
Después de que la crítica machara sus obras, las originales, comenzó a copiar a los maestros de siglos pasados y alcanzó tal nivel de perfección que se convirtió en un perfecto falsificador. Durante la Segunda Guerra Mundial, sus falsificaciones fueron compradas por los holandeses para ser entregadas a los nazis y así evitar el expolio de las obras reales. Esto le costó un problema a nuestro hombre. En concreto, una copia de un cuadro de Vermeer que acabó en manos de Hermann Göring.
Meegeren fue arrestado por supuesta colaboración con los alemanes en mayo de 1945. La acusación sostenía que había entregado patrimonio cultural holandés a los nazis, en concreto, aquella obra de Vermeer. Encarcelado, y como era mejor ser acusado de falsificador que de colaborador con el enemigo, demostró su mano para la falsificación. En prisión, mientras era vigilado por policías y su obra contrastada por expertos, Meegeren copió otro Vermeer. Dejó a todos convencidos de su gran maña para la falsificación y se acusó a sí mismo de haber falsificado seis obras de Vermeer en los años anteriores, usando lienzos y marcos del siglo XVII.
Reconoció haber vendido falsificaciones y haber engañado a expertos en arte. También reconoció que Göring tenía una falsificación. Todo esto le supuso un año de cárcel, aunque no llegó a cumplirlo al morir antes.
En cualquier caso, imagínense el espectáculo. En la cárcel, cuando hizo aquella copia y los expertos la dieron por buena. Impresionante.
Después de que la crítica machara sus obras, las originales, comenzó a copiar a los maestros de siglos pasados y alcanzó tal nivel de perfección que se convirtió en un perfecto falsificador. Durante la Segunda Guerra Mundial, sus falsificaciones fueron compradas por los holandeses para ser entregadas a los nazis y así evitar el expolio de las obras reales. Esto le costó un problema a nuestro hombre. En concreto, una copia de un cuadro de Vermeer que acabó en manos de Hermann Göring.
Meegeren fue arrestado por supuesta colaboración con los alemanes en mayo de 1945. La acusación sostenía que había entregado patrimonio cultural holandés a los nazis, en concreto, aquella obra de Vermeer. Encarcelado, y como era mejor ser acusado de falsificador que de colaborador con el enemigo, demostró su mano para la falsificación. En prisión, mientras era vigilado por policías y su obra contrastada por expertos, Meegeren copió otro Vermeer. Dejó a todos convencidos de su gran maña para la falsificación y se acusó a sí mismo de haber falsificado seis obras de Vermeer en los años anteriores, usando lienzos y marcos del siglo XVII.
Reconoció haber vendido falsificaciones y haber engañado a expertos en arte. También reconoció que Göring tenía una falsificación. Todo esto le supuso un año de cárcel, aunque no llegó a cumplirlo al morir antes.
En cualquier caso, imagínense el espectáculo. En la cárcel, cuando hizo aquella copia y los expertos la dieron por buena. Impresionante.
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Publicado por VRedondoF para PVF el 8/12/2011 02:31:00 AM